Sobrevivimos

September 15, 2017

Statement from Rafael Hernández, editor of Revista Temas and former Robert F. Kennedy Visiting Professor at Harvard University, on the impact of Hurricane Irma

Irma hizo subir olas del mar hasta mi portal, más de un metro por encima de la calle; arrancó todos los árboles y un cocotero, junto a cables eléctricos en toda la cuadra; contaminó el agua de las cisternas en el vecindario, inundó el túnel de malecón a Miramar como si fuera un lago, arrancó el mojón de granito en la esquina (que indica las calles 7ª y 20) y lo arrastró hasta la mitad de la cuadra, llenó de fango del fondo del mar los jardines, secó las plantas. Todo esto lo hizo entre las 7 de la noche y las 6 de la mañana, en medio de total oscuridad, con un viento que sonaba como si se estuviera acabando el mundo. Al amanecer del domingo, con la calle todavía inundada, los vecinos salimos con machetes a cortar las ramas de los árboles y halar los troncos atravesados, para poder liberar el paso de vehículos. El agua del mar se retiró de la calle después del mediodía. El lunes, bulldozers del municipio vinieron a llevarse los escombros y las ramas partidas. Luego vinieron preguntando a quiénes se les había contaminado el agua de la cisterna. La de mi edificio fue la única que sobrevivió, porque la tapa está muy alta (const. 1940). Vinieron repartiendo pastillas para evitar gastroenteritis por la contaminación. Encima de todo, no sé qué conducto de suministro de gas del municipio Plaza se rompió y nos quedamos sin con qué cocinar. Antes del ciclón, habían pasado casa por casa con una guagua y una ambulancia, y se llevaron a todos los que quisieron irse a un albergue. Después de cuatro días con poco suministro de agua, escaso gas, y ninguna electricidad, anoche miércoles a las 8:00pm, volvió la luz. En eso consiste la felicidad: tener luz. Todo el mundo gritó de alegría. A esa hora, según el radio, ya más de 85% de la ciudad la tenía.